viernes, 17 de octubre de 2008

LAS COSAS COMO SON Nº 63

Cuál es la táctica, cuál la estrategia del Gobierno Nacional ante la grave crisis internacional y su ya sentida influencia en nuestro país?

Los conceptos iniciales que advertían que hasta aquí no llegarían los cimbronazos y que no hacía falta pensar en un Plan B para nuestra economía, ya han quedado afuera incluso hasta de los atriles políticos.

Varios son los ejemplos:

• la Aduana puso el foco sobre 120 productos para protegerlos del ingreso de otros, que puedan llegar desde Brasil, China o México, por ejemplo.

• Los autopartistas ya reconocen suspensiones y eliminación de horas extras en su sector.

• La CGT afloja en sus reclamos de una suma fija para fin de año y pide a los empresarios, preservar las fuentes de trabajo.

• Y finalmente, la Presidenta de la Nación, sienta en una mesa a los empresarios y banqueros, para solicitarles un esfuerzo por conservar los puestos de trabajo y mantener el nivel de actividad.

Aquí aparece un condimento político que también existió durante la crisis con el Campo y que sería saludable no repetir: reconocer un problema no es un síntoma de debilidad. Ni siquiera, de pragmatismo político.

Por el contrario, es un acto de inteligencia, propio de quienes tienen las mayores responsabilidades de gobierno.


Mientras en las principales economías ya se reconoce la gravedad de la Recesión, aquí debemos mirarnos las propias heridas, olvidar disputas sectoriales absurdas y atacar problemas serios y profundos como la Inflación y el mundo increíble en el que vive el INDEC.


La Inflación para algunos ya no es problema, porque intentan desconocer que su supuesto “afloje” se origina en una drástica desaceleración del consumo.


Basta ver cuántos hogares definieron no tener un regalo para este Día de la Madre, como se puede observar en la importante baja de las ventas en los comercios argentinos.


Siempre pretendemos que los que conducen sepan observar la realidad con la crudeza de la responsabilidad que se ha asumido.


El tiempo corre y las medidas y las políticas tienen su momento exacto: ese sería un buen acto de lealtad, hacia quienes los han elegido para la difícil tarea de gobernar.




Pablo de León

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