Cuántas veces escuchamos: “el hombre tiene la edad de la mujer que ama”. Qué estupidez (por suerte empezamos bien y Pablo de León me mira y asiente, no está de acuerdo con el lugar común). Ahora sigo, y me pregunto. Pareja significa ir a la par. ¿Se puede realmente ir a la par cuando la diferencia de edad es tan notable?
Los medios se hacen eco de las desparejas. No sé si es que ahora aumentó la tendencia o simplemente la cuestión pasó a ser pública. Ahora nos enteramos. Se separó el presidente ruso Vladimir Putin y ahora parece que se va a casar con una gimnasta ganadora de medallas olímpicas, muy bonita ella, Alina Kabaeva, de 24 años, Putin tiene 55. El síndrome “Zarkozy” titularon los noticieros locales. Nosotros también tenemos nuestros exponentes en la materia. El querido Cacho Castaña se casó con la hija del mejor amigo, 38 años menor.
Hablé con el reconocido psicoanalista y médico psiquiatra, José Eduardo Abadi. El me dijo que una pareja funciona como tal en cuanto tenga un proyecto que los trascienda. Me resulta difícil pensar que dos personas puedan proyectar algo que las trascienda cuando tienen una generación de distancia, y más aun cuando uno de los integrantes está en los 20. Y por qué digo esto. Cuando hablamos de los 20, hablamos de una persona que se está construyendo como tal, (se está estrenando como adulto joven), en cambio la otra parte, está posicionada en otro lugar, debido a sus años y experiencia. Son tiempos vitales diferentes (Pablo de León no está muy convencido, sé que se desata la discusión en cualquier momento pero no sucede, al menos no en demasía). Tiempos vitales claramente distintos, reafirmo.
"Como una especie de maestro contruye a su discípulo”, decía Abadi cuando se explayaba sobre esos hombres que insisten en buscar el amor en mujeres mucho más jóvenes que ellos (y me sitúo en los 20 si hablo de una cuestión sintomática). “Hay hombres que pueden proyectar el deseo de juventud y de inmortalidad en la juventud de las menores, la fantasía de recuperar una juventud, de que no se escape un tiempo que les produce angustia si pasa, otras veces hay una fantasía de manejar, dominar...”, dice Abadi. Y viceversa, seguramente.
Claro que Abadi también me aclara que siempre deberíamos preguntarnos de qué mujer y de qué hombre hablamos. Después de todo estamos hablando de amor. Y sólo nos estamos preguntando sobre esto de las desparejas. ¿No es difícil caminar a la par cuando hay décadas de distancia, generación de distancia y demás? Más aún, cuando una de las personas está en los 20 y la otra redobla la edad. Porque es verdad: el amor no tiene edad. Pero las personas que componen el vínculo sí. Ni posibles ni imposibles. Sólo nos preguntamos. No hay respuestas. Y menos si hablamos de amor. Vamos a la tanda.
Jimena Arnolfi
El abrazo del tango... en Facebook
Hace 9 años
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