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LA HUMANIDAD ES MACHO
A Cristina Fernández de Kirchner, nuestra Presidenta, le gusta hacernos recordar todo el tiempo que es mujer. Y lo difícil que es...
“Se que siendo mujer me va a costar un poco más”
“Me pegan porque me creen débil”
“He cometido el pecado de ser mujer”.
Estas son algunas de las frases a las que nos tiene acostumbrados en sus discursos. Por un lado, parece que Cristina quiere ser la abanderada de honor de todas nosotras, las mujeres, pero por otro lado (y qué feo considerar esta posibilidad) pareciera que Cristina habla de su sexo como si se tratara de una discapacidad o una carencia. Ella suele dejar claro que su sexo es la razón por la cual la consideran frágil.
Debe existir esa idea de que a la sociedad todavía le cueste aceptar la idea de una mujer frente al poder real. Sin ir más lejos, no creo que alguno de los presidentes hombres que tuvimos haya acumulado tantos insultos en sólo una o dos semanas como sí los acumuló Cristina.
Pero ahora bien: volvamos a sus declaraciones. Cristina Fernández se define en relación al otro sexo, no se define por sí misma. Siempre se define en términos de carencia, de imperfección, como si el sexo que posee no sea más que algo incompleto.
Simone de Beauvoir diría que eso es porque se suele pensar que el hombre está en su derecho de serlo, la mujer no. El ser hombre no es una singularidad, el ser mujer sÍ. En su libro “El segundo sexo”, Simone afirma que la humanidad es macho. Entonces explica que cuando el hombre tiene que definir a la mujer, no lo hace en sí misma, sino que la define en relación a su condición. El hombre se define por sí mismo, mientras que la mujer suele determinarse y diferenciarse en relación a él.
Esto es lo que hace Cristina. Seguramente inconscientemente. “El hombre como el sujeto, el Absoluto y la mujer, como lo Otro”, lo extraño. ¿Qué presidente hombre nos tuvo que informar tanto sobre su sexo?
Quizás Cristina no se da cuenta que está entrampada en un laberinto donde insiste en distinguirse en relación al hombre. Y de los laberintos se sale con altura. Hay quienes no pueden más que chocarse contra los espejos.
Jimena Arnolfi
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