América Latina está atravesando un momento sumamente difícil.
La tensión creada entre Venezuela, Colombia y Ecuador suena lejana y extraña a la relación que las democracias de nuestro continente lograron construir en los últimos tiempos, cuando acabó felizmente el período de las dictaduras militares.
Brasil, Chile y Argentina por su parte, están jugando un papel trascendental en pos de evitar conflictos de los que pueda ser difícil retornar.
Primero hay que remarcar la actitud fuera de lugar de Colombia al atacar a Raúl Reyes en tierra ecuatoriana: una clara violación territorial que no se puede dejar de condenar.Hoy mismo, el Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, pidió disculpas al gobierno y pueblo colombiano.
Pero el discurso del Presidente ecuatoriano, Rafael Correa, fue durísimo y claramente confrontativo al calificar al primer mandatario colombiano de "mentiroso e insolente" y decir que "Latinoamérica no puede convertirse en otro Oriente Medio como lo desea el presidente Uribe”.
Parece lejano el conflicto pero no lo está.Sería una pésima noticia para nuestras democracias que esta tensión creciera.La Presidenta Cristina Fernández y Lula Da Silva son fundamentales en generar ámbitos de discusión, donde la paz sea la principal preocuapación.
Que no nos parezca lejano el problema. Pues parte de la solución está cercana a nosotros y no debemos dejarla pasar.
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Hace 9 años
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