Días pasados, el jefe de gobierno porteño,
En el transcurso de la campaña electoral, quien finalmente ganó las elecciones, había prometido construir
Hoy, Macri dice que –por culpa del gobierno nacional- esa promesa de campaña no va a ser posible.
Haya o no haya algo de responsabilidad de la administración nacional, el punto de discusión no debe ser ese. Sino, que en la campaña electoral se prometan cosas que luego no se van a cumplir.
O sea: lo único importante es que me voten; después, veo que hago. O como señalóLos argentinos no podemos ser moneda de cambio del humor de una clase política mal acostumbrada a prometer e incumplir sin pagar costos por eso.
Prometer obras de ampliación de los subtes –importantísimo para miles de porteños- y luego decir que por culpas de otros no lo voy a hacer, merece nuestra atención.
Porque ahora: cuál otra de las promesas de campaña va a incumplir el jefe de gobierno porteño, porque está peleado con los Kirchner?
La clase política debe aprender las lecciones y recordar que en el año 2001, la sociedad pedía “que se vayan todos”. Pero siguen los mismos.
Cuántos problemas de memoria padecemos los argentinos.
Pablo de León
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