LAS COSAS COMO SON Nº47

La figura del Vicepresidente en la Argentina pareciera estar destinada a un lugar de polémica. Desde la renuncia de Carlos “Chacho” Álvarez –con Fernando de la Rúa como Presidente- hasta la relación tirante y de desconfianza de Raúl Alfonsín con su Vice, el cordobés Víctor Martínez.

El rol que constitucionalmente le corresponde a quien secunda al Primer Mandatario argentino es absolutamente liviano, carente de protagonismo y mucho más vacío en cuanto a decisiones trascendentales.

Hoy asistimos a la transformación de Julio Cobos en una figura incómoda para el kirchnerismo. Desde llamarlo “traidor”, como hizo Hebe de Bonafini, hasta vaciarle la reunión que había convocado con los gobernadores: finalmente, la incómoda foto de ese encuentro lo situó solamente junto a Schiaretti, Binner y Alberto Rodríguez Saá.
¿Cómo seguirá esta relación durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner?.

Hay que pensar que sólo han transcurrido 7 meses y sería preocupante pensar que el frío y la distancia pudiera ser mayor a la que existió con Daniel Scioli, hasta el día en que lo necesitaron para ganar con amplitud la provincia de Buenos Aires.

Si analizamos lo que dijo el Vicepresidente públicamente, no encontraremos declaraciones fuertes o extemporáneas. Por el contrario, usó la palabra “consenso”, que pareciera ser una declaración de felonía a los deseos oficialistas, fundamentalmente del jefe del Partido Justicialista, Néstor Carlos Kirchner.

La crisis con el Campo no ha finalizado aún y es claramente preferible este escenario de reuniones abarrotadas en la Cámara de Diputados, que la de los cortes de rutas y las carpas absurdas de la Plaza de los Dos Congresos.

Las palabras “consenso”, “diálogo” y “acuerdo”, siempre existieron en la política.
Julio Cleto Cobos parece que está conminado a aprender a borrarlas de su universo durante el actual mandato.

Ojalá todos mejoráramos un poco y aprendiéramos a escuchar, respetar y dialogar. No en favor de un sector en particular, sino en beneficio de la democracia, que es de todos los argentinos.